martes, 26 de abril de 2011

El sexo, mucho más que una peli porno


Esto va para todos, en general. Pero, más que nada, para ELLOS. Los que pensáis que viendo pelis pornos aprendéis algo sobre sexo, pues para ésos. Desagraciadamente, una se encuentra con muchos de estos individuos a largo de su vida. No es que me haya tirado a un centenar de tíos, pero sí los suficientes para saber que se repiten errores.

1.- "Como en la peli porno", el gran error
Bien, os seré clara y concisa. Las películas porno sirven para masturbarse, también para excitaros con vuestra pareja -/acompañante/"follamiga"/polvo de una noche/ etc-. Pero, para aprender NO SIRVEN. Por eso a las protagonistas se les llama ACTRICES porno. Ojo a la expresión, que igual muchos no habéis pensado en que probablemente la palabra actrices no sea arbitraria y se deba a algo. Pues sí, miren ustedes por dónde, se debe a que actúan. No jadean porque se corran, y sus caras están ensayadas para que te corras tú. Les pagan por ello.


2.- Juegos sexuales
A ver, chicos, seamos claros, orgasmo femenino sólo hay uno: EL DEL CLÍTORIS. Con esto os quiero decir que meternos los dedos -cuatro, cinco, ocho si nos ponemos, da lo mismo- no nos va a provocar un orgasmo. Puede excitarnos ver cómo vosotros pensáis que sí, pero a nosotras, en sí, el gesto, no nos estimula. Si deseáis lubricarnos, para eso existe el clítoris. ¡Tocadnos ahí!

Estaréis cansados de oír que los juegos sexuales son importantes. Seguramente estéis cansados, sí, pero no se os nota. Tampoco es que queramos dos horas de los famosos "preliminares", pero, oigan, que aquello no se moja solo. Seamos claros, juguemos un ratito, sabremos agradecéroslo.

3.- Duración
No porque te tires una hora vas a follar mejor. No debes preocuparte tanto en el cuánto sino en el cómo. Un polvo pésimo, si es largo, se nos antoja un infierno. Meter y sacar nos gusta, por supuesto. Pero la clave está en el modo que metéis y sacáis. Es decir, que procurad rozanos nuestra zona más erógena con los movimientos o será como follarse a una muñeca hinchable en cuanto a la reciprocidad de las sensaciones. ¿Entendido?


4.- Moviemientos
Ahora nos toca a nosotras. MOVEOS, COÑO -nunca mejor dicho-. Señoritas, ¿para qué tienen ustedes piernas y brazos? Para moveros. El cambio de postura y alternar los movimientos dan vitalidad, animación y sensualidad al sexo. Abiertas de patas, inmóviles, no conseguiréis nada. Además, es la única forma de saber aunar lo que os gusta con lo que gusta a vuestros chicos. Reflexionadlo un momento. Disfrutar del sexo es cosa de dos, al no participar, habrá una carencia de innovación que acabará por matar la pasión en el caso de una relación duradera, por ejemplo. Ellos se aburren de siempre lo mismo. ¡Vosotras también!

Eso sí, chavales, los movimientos que véis en las pelis, por norma general, nos gustan una mierda. Movernos de esa forma nos cansa porque no lo disfrutamos. Nosotras no somos actrices porno, somos personas que queremos corrernos de verdad.

5.- Tamaño
Quien dijo que el tamaño no importa, os mintió. Importa, nos excita ver una polla grande y gruesa. No podemos remediarlo. No hablo del placer tal cual, es decir, de la estimulación vaginal que nos produzca. No. Hablo de lo visualmente erótico que es un pene enorme.

Pero, no lo es todo. Igual que para vosotros las tetas grandes no lo son todo -sí, ahora estará el típico gracioso que piense "cómo que no", bla bla bla-. No lo es, no. Si aprendéis a moveros, el tamaño nos importará menos. Los orgasmos siempre sustituyen cualquier pega que tengamos. Podéis ser maquinas en la cama con una polla pequeña. Es una realidad, porque, repito la idea inicial, nuestros orgasmos vienen del clítoris, no de la vagina.

6.- Orgasmos sin estimulación del clítoris.
Os extrañará este inciso, sin embargo, sí, existen. El cerebro, que es acojonante e interpreta una estimulación cuando no la hay. Una excitación puede llevarnos al orgasmo. De hecho, a vosotros también -poluciones nocturnas, sin ir más lejos-. No obstante, ese grado es muy poco común y no os aconsejo que lo intentéis para justificar que no nos rozáis donde debeís. Excusa basura, más bien.

7.- Tabúes
Y, bueno, dicho esto, lo último que me queda resaltar es el tema tabú. Los tabúes no son buenos ni para un género ni para el otro. En una cama hay que ser libre, con los límites que cada pareja -estable o no- considere oportunos. Si os apetece algo, proponédselo al de al lado. Igual está deseando practicarlo, pero no se atreve a decirlo. Debemos intetar abrirnos, no ofendernos por las fantasías del otro. Son fantasías, nada más. Si alguna no os convence, ni se os ocurra armar la de Dios es Cristo, enfadaros y dejar de hablar al otro. Las fantasías no se controlan, son sanas, buenas. Con decir que no y pasar a otra, es suficiente. No hagas nada que tú no quieras hacer, pero tampoco se puede reprochar a otro el querer -o fantasear con-  hacerlas.

Ya está. Disfrutad muchísimo. Cuánto más, mejor. El sexo es uno de los pocos placeres gratuitos que tenemos -exceptuando los asiduos a los puticlubs, claro-. Seguramente, el placer de los placeres. Sería una pena desaprovecharlo, ¿no?

2 comentarios:

  1. Una vez más, pese a la distancia temporal entre entradas, se demuestra que nuestras opiniones coinciden. Aunque yo sea menos explícito (no sé si soy el más indicado para dar consejos amatorios, jajaja). Me ha encantado lo de "MOVEOS, COÑO".

    ResponderEliminar
  2. Coincido plenamente que con las películas porno no se aprende cómo tener sexo, pero en el sentido de que "eso" no es algo que pueda "aprenderse". Lamentablemente lo que sigue es casi una lista de "como hacerlo". Me pregunto si el lapsus en el título "moviemientos" viene de "movie", lo mismo que se está criticando. Un beso argentino para vos.

    ResponderEliminar