martes, 19 de abril de 2011

Entrevista con Dios -La Princesa de Humo-

-¿Por qué estamos aquí? -preguntó Hitler, tembloroso. Todo aquello le parecía extraño, celeste y, sobre todo, demasiado frío comparado con el infierno
-¡Qué pregunta más estúpida, führer! -contradijo Dios mientras repasaba atentamente a los tres individuos  que tenía enfrente
-Pero usted nos ha mandado llamar… -añadió Pinochet mirando al suelo
-Nosotros estamos condenados -aclaró ahogado por el pánico Mussolini
-¡Pues se ha cometido un error con vosotros, eso es evidente! ¡Miraos! ¡Tenéis que estar aquí, en el paraiso! ¡Conmigo!
-¿Perdone? -intervino de nuevo el alemán, con el rostro descompuesto y arrugado por la sorpresa
-A ver… -suspiró Dios- Habéis abocado a pueblos enteros a la desgracia; habéis practicado el genocidio; habéis sido unos asesinos perversos con una parte de la población durante años, sin demostrar piedad ni sentido de la justicia; habéis usado vuestro poder de líderes egoístamente y sin pensar en nadie más que en vosotros; habéis intentado implantar normas sin el consenso del resto y habéis sido dictadores temidos por los castigos que se aplicaban a los desobedientes… ¿Cierto?
-Sí… -respondieron los tres al unísono, más asustados que nunca.
-Y yo soy Dios, ¿no? -elevó el tono a uno más autoritario- Y estoy en el cielo… ¿Cierto?
-Sí…
-¿Y que diferencia real existe entre lo que vosotros habéis hecho unas cuantas décadas sobre unos pocos con lo que yo llevo haciendo toda la eternidad sobre todas las personas del hemisferio sur de la Tierra?

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