jueves, 17 de marzo de 2011

La razón de Ahmadineyah

Ana Pastor estuvo soberbia en la entrevista, eligió las preguntas más afiladas y, por ello, obtuvo respuestas controvertidas y profundas.

Ahmadineyah hizo algunos comentarios sobre los que merece la pena reflexionar: ¿Quién vendió las armas a Libia para que Gadafi bombardeara a su propio pueblo? Los dictadores africanos que han subyugado a la población en los últimos cincuenta años, ¿por quién están apoyados?

Pensemos unos instantes y hagamos examen de conciencia... ¿No es una puta ironía que el mismo primer mundo que juzga ahora los acontecimientos que se están sucediendo en África sea el que ha estado fabricando y vendiendo armas y respaldando a una panda de hijos de puta a cambio de unos litros de petróleo?  ¿No es una puta ironía que occidente, cuando las cosas empiezan a oler a podrido, se cambie de chaqueta, mire para otro lado y finja una solidaridad que nunca ha tenido? Somos nosotros mismos quienes les costeamos sus palacios, sus oros y sus centenares de mujeres. Somos nosotros mismos los que comerciamos con dictadores, les permitimos que campen a sus anchas, incluso sonreímos al verlos pasear en sus lujosos descapotables.

Somos nosotros mismos.

A los países occidentales nos interesa lo que ocurre en el resto del mundo si peligra la cantidad de monedas en nuestro bolsillo. Que se desata una guerra, malo, oiga. Vaya a darle a los negros y moros éstos por querer explotar sus propias riquezas después del desastre... ¡O, peor aún, vayan a arrasarlo todo, incluidas sus riquezas! Es entonces cuando nos hacemos eco de la noticia, lo publicamos en los medios, nos ponemos la careta de buena gente, nos llevamos las manos a la boca abierta y hacemos el papelón frente al televisor, a la hora del Telediario. Eso hacemos, nos vestimos con la más asquerosa de las hipocresías. Sin embargo, a nadie parece interesarle lo que pase con los africanos mientras nos dejen chuparles los recursos a cambio de millones y millones de euros. Sus dicatores, nuestros más fieles aliados económicos.

Seamos honestos y realistas. Ahmadineyah tenía su razón.

Si los rebeldes libios, en vez de estar arremetiendo contra los seguidores de Gadafi, estuviesen bombardeando directamente los pozos de petróleo, no habría plan de intervención que debatir o considerar, ni desde la ONU ni desde la OTAN ni desde ninguna otra jodida organización. Llevan cuatro semanas de conflicto... hace tres que Gadafi ya hubiese muerto.

2 comentarios:

  1. Leyendo tu entrada, a cuento de los intereses de los países europeos y USA en África (o Sudamérica) me he acordado de ESTO. Que no tiene que ver, pero sí.

    Saludos.

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  2. Joder, qué interesante! Muchas gracias, Jero. Hay cosas en este mundo que son muy difíciles de entender....

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